“Metegol” promete más que lo
que cumple. La historia no sorprende, la idea de que los muñecos cobren vida es
algo trillado, pero Campanella le imprime profundidad por su temática
futbolera, donde hace mucho hincapié sobre luchadores y triunfadores, quizás no
ganadores, pero sí vencedores que pelean por la libertad, por amor, o por
cumplir con sus propias metas.
Al principio, el dialogo
entre los padres del niño al cual le cuentan la historia demuestra una crítica
a los medios de entretenimiento de la actualidad contra los juegos de la
infancia y lo que significaba para la vida pueblerina, donde todo era
tranquilidad y viejos sentados en un bodegón jugando al ajedrez, la
competencia que podía llegar a generar un “Metegol”.
Es una película que se
centra en la pasión futbolística, pero que también ahonda en cuestiones como el
poder, el ego, la demagogia y la noción de triunfo o fracaso que puede haber
para unos y otros.
No es para chicos, los
jóvenes son los que más la disfrutan, y si hay algo para criticarle es que por
momentos le falta acción, las escenas se tornan por momentos densas y uno sale
del cine con la idea de que el cuento de Fontanarrosa llevado a la pantalla
grande estaba para más.
Calificación: Buena
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