“El Lobo de Wall Street” y “Escandalo Americano”
son dos de las películas elegidas por la Academia para competir por el Oscar,
ambas tienen la particularidad de estar protagonizadas por estrellas y de estar
perfectamente ambientadas en una época, pero fallan en el guion, o mejor dicho
en la forma de relatar la historia.
Leonardo DiCaprio se luce como nunca
antes en una trama llena de excesos, frivolidades, y enfermedad por el vil
metal. Está contada en primera persona y cuenta con gran cantidad de detalles,
muchos de más, que le insumen al espectador tres horas de espectáculo.
La otra encabezada por cuatro primeros
actores, se centra en una trampa que genera un grupo de estafadores para hacer
caer a políticos de gran envergadura, teniendo de fondo un guion que no
sorprende y que se destaca por la puesta y la banda sonora, más que por los diálogos
y el correr de las escenas.
Es notorio que las producciones
pusieron el acento en convocar, desde las figuras y la recreación de época,
pero en los dos casos, uno sale del cine, con más dudas que certezas. No
significa que sean malas, de hecho si hay que puntuarlas una es buena y
Escandalo Americano Regular, pero son de esas películas que uno espera más.
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